Qué es la tos ferina, cómo afecta a tu bebé y qué puedes hacer para evitarlo

Cuando escuchamos que todavía tenemos que vacunar a nuestros bebés contra la tos ferina algunos nos imaginamos una enfermedad “pasada de moda”, del siglo pasado, que pocas personas contraen, pero la realidad es que esta enfermedad bacteriana altamente contagiosa sigue siendo un riesgo para la salud, especialmente la de nuestros bebés. 

La OMS estima que alrededor de 195 mil niños fallecen anualmente a causa de la tos ferina, y en nuestro país el 65% de los casos confirmados en 2009 ocurrieron en la frontera norte, en los estados de Nuevo León, Sonora y Tamaulipas. 

Pero, ¿qué es la tos ferina?

Es una infección de las vías respiratorias que se contagia cuando una persona infectada tose o estornuda cerca de alguien vulnerable (principalmente, niños que no han completado el esquema de vacunación). 

Es difícil de diagnosticar porque al inicio tiene síntomas similares a los del resfriado común como congestión nasal, fiebre y tos. Estos síntomas aparecen de 7 a 10 días después del contagio y empeoran después de una o dos semanas. La mucosidad espesa se acumula en las vías respiratorias y causa una tos incontrolable que puede provocar vómitos y un sonido chillón al inhalar. Sin embargo, es posible que los bebés infectados no tosan en absoluto, pero esta enfermedad puede dificultar su respiración e incluso provocar que dejen de respirar temporalmente.

En los bebés menores de 6 meses, la tos ferina puede presentar complicaciones como neumonía, deshidratación, convulsiones y hasta daño cerebral. Generalmente deben ser tratados en un hospital.

Por estas razones es de suma importancia que los bebés reciban su primera vacuna contra la tos ferina lo más pronto posible. La OMS recomienda la vacuna pediátrica hexavalente 6 en 1 que se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad y protege a los niños contra esta y otras 5 enfermedades: difteria, tétanos, poliomielitis e infecciones invasivas causadas por el virus Haemophilus influenzae tipo b, además de hepatitis B.

Acércate a tu pediatra para que te oriente sobre las vacunas que pueden salvar la vida de tu bebé, y asegúrate de revisar la Cartilla Nacional de Vacunación de cada uno de tus hijos para detectar cuándo y qué vacunas le tocan, y así aplicarlas de manera oportuna.

¡No permitas que tus bebés contraigan enfermedades que se pueden prevenir!