Control del asma: cómo saber que llevas un buen manejo y los riesgos de no hacerlo

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Mujer con dificultad al respirar.
Control del asma: cómo saber que llevas un buen manejo y los riesgos de no hacerlo Foto: iStock

Tanto niños como adultos pueden padecer asma y llevar una vida normal. El problema deriva de no tener un buen tratamiento, incrementando los daños y riesgos. Conoce más sobre el control del asma: cómo saber que llevas un buen manejo y los riesgos de no hacerlo.

 

El asma es una enfermedad crónica donde las vías respiratorias de los pulmones se hinchan y estrechan, derivando en la dificultad para respirar. En México se coloca entre las 10 primeras causas de atención en servicios de urgencias y consulta; en 2019, era una de las 13 principales enfermedades con 250 mil casos nuevos.

 

Esto no sólo la hace frecuente, sino importante de retomar. En Salud180 platicamos con el Dr. José Antonio Ortega, inmunólogo y alergólogo, fundador de la Academia de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Hidalgo, sobre la importancia de mantener un buen control y los riesgos de no tenerlo.

 

¿Qué significa controlar el asma?

Si bien es cierto que, en el asma es difícil hablar de una cura, pues quien lo padece puede tener una exacerbación en cualquier momento, sí es posible referirnos a un control. De acuerdo al especialista, esto significa que se logra hacer una vida normal con ayuda del tratamiento.

 

Conseguirlo depende de cómo se está utilizando el tratamiento y qué tan grave es el asma, ya que puede ser leve, moderada o grave, lo cual determina la intensidad en el tratamiento.

 

Finalmente, influyen las causas, que, como las manifestaciones, no son las mismas en todos los pacientes. Es muy frecuente la presencia de alergias, pero no todos los pacientes son alérgicos, factores como el clima, las infecciones, incluso las emociones, ejercicio y los contaminantes, pueden ser desencadenantes.

 

¿Cómo saber si el asma está controlada?

Existen varios puntos que ayudan, tanto a los médicos como a los pacientes, a darse cuenta si se tiene o no un buen control del asma. Entre ellos, el Dr. Ortega enlista:

 

1. Síntomas. Los cuatro síntomas más importantes del asma son la falta de aire, tos, silbido y opresión en el pecho. Si padeces asma, debes vigilar cómo ocurren estos síntomas tanto en el día como en la noche.

Se tiene un control completo, cuando no se manifiesta ninguno de estos síntomas; es parcial, si se tienen algunos síntomas, o no existe control, si se presentan todos los síntomas.

2. Medicamentos de rescate. En el tratamiento del asma existen dos grupos de medicamentos: los de rescate, aquellos que se usan cuando la vía respiratoria está obstruida, y los preventivos, recomendados aunque no tengas síntomas o molestias, para prevenirlas.

El qué tanto usas los medicamentos de rescate, da pauta del control. Si se usan muy frecuentemente, puedes sentirte bien, pero no por un control, sino por la ayuda de estos medicamentos.

3. Actividades. Otra forma de identificar el nivel de control del asma, es cómo haces tus actividades. Es decir, si puedes realizarlas de forma normal o si no las haces, habla de la calidad de vida.

Si un paciente prefiere no hacer ejercicio, porque sabe que este le provoca síntomas, no significa que tenga un buen control, simplemente no presenta síntomas por no exponerse al ejercicio. El control adecuado es poder hacer ejercicio sin presentar síntomas.

 

Lamentablemente, estudios internacionales han encontrado que menos del 10 por ciento de los pacientes llevan un control adecuado, ya sea por no tener un buen tratamiento o porque el diagnóstico se ha retrasado, repercutiendo en su salud.

 

¿Cuáles son los riesgos de no controlar el asma?

El Dr. Ortega, explica que el principal riesgo de no controlar el asma, es en la salud, pues se va deteriorando la función pulmonar y existe una disminución pulmonar. Esto tiene que ver con que, las exacerbaciones y crisis, dejan secuelas y daños a nivel respiratorio, que pueden no ser reversibles.

 

Por lo tanto, entre menor control se tiene de la enfermedad, más consecuencias hay a largo plazo y mayor disminución en la función respiratoria.

 

Asimismo, no podemos descartar las consecuencias a la economía. Por un lado, porque el paciente puede necesitar más medicamentos de rescate y visitas al médico por consultas o urgencias, incluso necesitar hospitalización.

 

Además, se ve afectada su situación laboral, al tener que faltar con frecuencia al trabajo o asistir en malas condiciones, derivando en un menor desempeño, algo que también ocurre en el caso de los niños y la escuela, impactando su aprovechamiento escolar.

 

Finalmente, ya que el asma no se presenta sola y puede tener otras enfermedades asociadas, como rinitis alérgica o reflujo gastroesofágico, si todo esto no está bien controlado, puede impactar aún más.

 

¿En qué consiste el tratamiento para el asma?

Para lograr un buen control del asma, es necesario conocer tu enfermedad y los desencadenantes, pero también llevar un correcto tratamiento. Al respecto, el especialista señala que se necesitan de dos: farmacológico y no farmacológico.

 

El primero es una parte muy importante. Tanto para los medicamentos de rescate, como para los de prevención, existen dos grupos de medicamentos: los broncodilatadores y los antiinflamatorios.

 

Los primeros nos ayudan a dilatar los bronquios, para evitar que se cierren, mientras los antiinflamatorios los desinflaman. El médico debe saber en qué momento utilizar unos y cuándo los otros y enseñarle al paciente para que esté pendiente.

 

En cuanto al tratamiento no farmacológico, incluye evitar los desencadenantes, como el humo del cigarro o aquellos elementos a los que eres alérgico y que pueden causar una exacerbación, por ejemplo, los ácaros del polvo.

 

En caso de que sea imposible evitarlos del todo, consulta a tu médico para saber qué opción de tratamiento tienes. Por ejemplo, en algunos casos se puede recurrir a un tratamiento con vacunas de alergia.

 

Finalmente, se debe hacer una evaluación de la calidad de vida y la necesidad de usar los medicamentos, para tener una idea de cómo va el tratamiento.

 

El asma, no es un impedimento para llevar una vida plena y una buena calidad de vida. De hecho, como afirma el Dr. Ortega, una persona con un buen control del asma, puede incluso ser atleta de alto rendimiento.

 

Por lo tanto, el primer paso siempre será identificar los síntomas (falta de aire, tos, silbido en el pecho y opresión en el pecho) y acudir al médico para un diagnóstico y tratamiento. Una vez que este sea dado, síguelo, conoce tu enfermedad y lleva un control con tu médico.

 

Cuidar tu salud no es sólo atender las crisis, también prevenirlas y estar al pendiente de aquello que puede afectarte. Pero lo más importante, siempre acércate a tu médico en caso de tener dudas.

 

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