Comer sandía en la noche o con resaca, ¿podría dañar tu salud? Mitos y verdades sobre esta fruta

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Mujer comiendo sandía / mujer vomitando por resaca
Comer sandía en la noche o con resaca, ¿podría dañar tu salud? Mitos y verdades sobre esta fruta Foro: iStock

La sandía es una de las frutas favoritas en temporada de calor. Sin embargo, no solo está rodeada de virtudes, también de mitos. Si alguna vez habías escuchado que comer sandía en la noche o con resaca podría dañar tu salud, conoce los mitos y verdades sobre esta fruta.

 

¿Qué sería de la primavera y el verano sin una buena rebanada de sandía? Sin importar si la comemos sola, con limón y chile, en agua o en coctel, esta fruta es una verdadera salvadora cuando el calor ataca, pues tiene un contenido elevado de agua que la hace un excelente hidratante.

 

Otra de las virtudes de la sandía, es que es baja en calorías, además de aportarnos vitamina C. Pero pese a sus múltiples propiedades, siguen existiendo mitos alrededor de ella, los cuales vale la pena desmentir.

 

3 mitos populares sobre la sandía

Casi nadie se resiste a la sandía… al menos que sea por la noche y vivas en México, o simplemente tengas resaca. Con el tiempo, diferentes creencias alrededor de esta fruta se han arraigado tanto que pocos se atreven a desafiarlas, conoce sobre ellas y su verdad.

Para empezar da click en el video: 

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MITO #1: COMER SANDÍA POR LA NOCHE CAE PESADO     

Una de las ideas más comunes, es que no debes cenar sandía, porque cae pesado. Pero si es una fruta rica en agua y, en teoría, fácil de digerir, ¿por qué sería un problema? En general, no hay contraindicación real sobre cenar esta u otras frutas, aunque algunas personas podrían tener problemas.

 

De acuerdo a la revista española Eroski Consumer, la sandía puede resultar indigesta para algunas personas cuando se consume después de las comidas, a forma de postre. La razón, es que su elevado aporte de agua diluye los jugos gástricos y retrasa la digestión de los alimentos, provocando una sensación de indigestión o hinchazón.   

 

Asimismo, en pacientes con síndrome del intestino irritable, podría causar molestias abdominales, inflamación, gases y diarrea, por su alto contenido de carbohidratos que se absorben lentamente en el intestino, en este caso, la fructosa.

 

Sin embargo, esto puede ocurrir en cualquier momento del día, pero, sobre todo, si consumes grandes cantidades de sandía.

 

Por lo tanto, si sueles sentirte indigesta o molesta después de la sandía, come pequeñas porciones y, de preferencia, entre comidas. De lo contrario, disfruta tu sandía en la cena.

 

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MITO #2: COMER SANDÍA DURANTE LA RESACA PUEDE SER MORTAL

Pese a que un día después de una noche de copas, se antoja algo fresco e hidratante, más de uno ha sido advertido sobre el riesgo de comer sandía si estás “crudo”. El origen de este mito, es la idea de que un cambio brusco de temperatura, podría causar graves consecuencias.

 

Esto, porque durante la resaca tu estómago está muy caliente y la sandía, al ser fría, podría crear un choque de temperaturas. Sin embargo, no está demostrado que la temperatura tenga algún efecto en la resaca, de lo contrario, cualquier bebida fría provocaría lo mismo.

 

Contrario a esto, la sandía podría ser una aliada durante estos momentos. La razón es que, los principales síntomas de la resaca, como sed, cansancio y dolor de cabeza, son causados por una deshidratación leve, según señalan los National Institutes of Health.

 

Esta es consecuencia de una inhibición en la liberación de vasopresina, una hormona que produce el cerebro y envía señales a los riñones para retener líquidos, por lo que el alcohol aumenta la frecuencia de orinar y pérdida excesiva de líquidos.

 

La sandía, al ser hidratante y capaz de sustituir un vaso de agua, podría ayudar a revertir esta condición. Asimismo, se le atribuye el aporte de L-citrulina, un nutriente que aumenta el flujo sanguíneo, incluyendo el del cerebro.

 

MITO #3 COMER MUCHA SANDÍA PUEDE PROVOCAR PROBLEMAS CARDÍACOS

Algunas personas han asociado el consumo excesivo de sandía con problemas cardíacos, sin embargo, no existe un respaldo científico que lo avale. Por el contrario, podría ser benéfica para la salud cardiovascular.

 

Un estudio disponible en la National Library of Medicine, encontró que el consumo diario de sandía fresca mejora los perfiles de lípidos, reduce la presión arterial y aumenta la capacidad antioxidante, con implicaciones positivas en las enfermedades cardiovasculares.

 

Asimismo, la American Heart Association, explica que la sandía es rica en licopeno, un antioxidante y antiinflamatorio relacionado con un menor riesgo de accidente cerebrovascular, sin dejar de lado la citrulina, un aminoácido que se ha relacionado con la producción de óxido nítrico, clave para la salud de los vasos sanguíneos.

 

Pese a que estas ideas son falsas, lo que sí es cierto es que la sandía tiene un alto índice glicémico, por lo que si padeces diabetes debes tener cuidado con consumirla en exceso, pues podría elevar tus niveles de azúcar. Ojo, eso no significa que debas evitarla, solo medir las porciones.

 

Finalmente, por su contenido de potasio, también es mejor no excederse si padeces insuficiencia cardíaca, enfermedad renal, diabetes tipo 1, insuficiencia suprarrenal y enfermedad hepática.

 

¿Cuáles son las propiedades de la sandía?

La sandía destaca por ser alta en agua y baja en calorías, sin embargo, sus propiedades van más allá, pues es un excelente diurético, además de ayudar a prevenir el estreñimiento y perder peso, sin dejar de lado sus antioxidantes, como el licopeno.

 

El instituto médico Mayo Clinic, explica que este se ha relacionado con la disminución del riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas y trastornos oculares relacionados con la edad.

 

Por otro lado, la sandía nos aporta vitaminas A, C, B6 y potasio. La vitamina A, cobra importancia por su papel para la salud de la piel y los ojos, mientras la C fortalece nuestro sistema inmunológico y ayuda a la absorción de hierro.

 

Aunque su contenido de vitamina B6 es menor, esta ayuda a descomponer las proteínas y cuidar nuestro sistema inmunológico y función nerviosa. Finalmente, el potasio reduce la presión arterial y también beneficia la función nerviosa.

 

¡No creas todo lo que te dicen! Aunque hay muchas creencias que van de generación en generación, no todas son ciertas. Ahora que ya sabes que sí puedes comerte un plato de sandía por la noche o después de una fiesta, disfruta esta refrescante fruta.

 

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